TECNICA METAMORFICA
HISTORIA
 

 

HISTORIA

 

El masaje Metamórfico es también conocido como Terapia Prenatal y Metamorfosis. Fue creado por Robert St.John a mediados de los años 60 aunque hubo un tiempo precedente de descubrimiento. Él comenzó a crear este trabajo en Inglaterra a finales de los años 50 en forma de un acercamiento simple y práctico que cualquiera pudiese aprender y utilizar en su vida cotidiana. Encontrando, así, una salida a los dilemas que vive el ser humano.

 

Para desarrollar su propio trabajo, Robert se inspiró en varios aspectos que observó en sus prácticas con artes de sanación. Mientras trabajaba con Naturopatía, concluyó que el foco de la mayoría de los acercamientos en el campo de la sanación era curar síntomas. Mientras que los síntomas desaparecían normalmente después del tratamiento, en muchas ocasiones, volvían a aparecer o se experimentaban otros nuevos, porque los patrones de estrés que existían debajo y que los causaban no habían sido considerados.

 

El concepto de Reflexología fue una inspiración para Robert St. John. Percibió que dentro de la misma existían varios mapas de los pies, que diferían unos de otros y que sin embargo, todos funcionaban. Esta observación le hizo pensar que quizás los puntos reflejos podían actuar como símbolos de la intención que recibían. A consecuencia de ello, la utilización de los puntos reflejos se convirtió en la base del desarrollo de la práctica de la Metamórfica.

 

Mientras trabajaba con el Método de Ojos Bates, Robert St. John descubrió los principios que más tarde denominaría como aferencia eferencia. Fue la observación de que la actitud primordial de la gente hacia la vida, se reflejaba en el sentido de la vista. La forma del glóbulo ocular y la calidad de la visión expresan una actitud crónica y compulsiva de la mente. Los que tienen tendencia a retirarse de la vida, muchas veces desarrollan problemas de vista como presbicia o hipermetropía, dando lugar a que el globo ocular se sitúe ligeramente hacia adentro. Es lo que él denominó aferente. Los que tenían tendencia a ir hacia adelante en la vida, muchas veces desarrollaban miopía dando lugar a que el globo ocular se sitúe ligeramente hacia fuera. Robert lo denominó eferente. Estas observaciones se convirtieron en base de la filosofía de Metamorfosis.

 

Considerando la historia de la humanidad, observamos que los principales patrones de la humanidad, realmente nunca cambiaron. Enfermedad, desarmonía, conflicto y guerra siempre han sido parte de la existencia. Estos primeros patrones de estrés han continuado en la humanidad porque no han sido trabajados en sus orígenes. A lo largo del tiempo, principalmente nos hemos focalizado en los síntomas, en lugar de mirar las causas que hay detrás de dichos síntomas.

 

Si observamos los principios de la vida, llegamos a la conclusión que la causa de todos los síntomas de enfermedad y desarmonía tienen su raíz en la separación de la aferencia y la eferencia. Esta separación provoca que la unidad se convierta en dualidad.

 

El fenómeno cósmico observado como la separación de la aferencia y la eferencia, es lo que dio lugar a la creación del tiempo, del espacio, de nuestro universo y de toda vida en la tierra. La separación fue el origen de las tensiones de la humanidad, convirtiéndose en el patrón de estrés inicial para la humanidad y la fuente primaria detrás de todos nuestros dilemas personales y globales. Los patrones de estrés negativos se mantienen vivos porque se transmiten a través de esquemas genéticos y kármicos. Esto significa que el estrés puede moverse a lo largo del tiempo y continuar influenciando a cada generación. Dichos esquemas se vuelven parte de nuestra constitución celular en el momento de la concepción. Estamos influenciados por estos patrones tanto en la concepción y a lo largo de nuestro desarrollo prenatal, así como en el resto de nuestra vida. La calidad de nuestra salud y cada aspecto de nuestra existencia están influenciados por estos esquemas.

 

Podemos utilizar los términos de aferencia y eferencia como analogías o símbolos para explicar la dinámica de la vida en este planeta. Lo que crea una única perspectiva sobre la creación y la sanación.

Cuando Robert St John practicaba la Reflexología, comenzó a notar que al trabajar en los talones de las personas, a menudo hablaban de problemas con sus madres. Observó este patrón y se preguntó dónde quedaría representado el padre en el pie.

 

Si el talón representaba el precepto de la madre, nacimiento, entonces era lógico pensar que la concepción representaría el precepto del padre, dado que es en ese instante en el que se introduce su influencia. Entonces comprendió que el punto de la concepción se correspondía con la zona del dedo pulgar del pie.

 

En este momento, llegó a la conclusión de que los puntos reflejos en la columna vertebral representaban el período de tiempo entre la concepción y el nacimiento. Robert tuvo la gran visión de cómo trabajar los problemas individuales y colectivos a los que está sometida la humanidad y toda forma de vida.

 

Al comprender que los puntos reflejos actúan como símbolos para comunicar una cierta intención, y al reconocer que la columna vertebral es el eje central del cuerpo, Robert empezó a trabajar en el pie desde una perspectiva diferente que con la Reflexología. Comenzó a considerar el primer desequilibrio de la humanidad en toda su globalidad. Sus observaciones, en lo que denominó, aferencia y eferencia, se convirtieron en la base de su acercamiento. A medida que su perspectiva cambiaba, sus clientes empezaron a cambiar en todos los niveles y no solamente en el físico. Fue el comienzo de la Metamorfosis.

 

A pesar de la naturaleza grandiosa de la filosofía, la Metamórfica, no dejó de ser un acercamiento simple y práctico para tratar patrones de estrés subyacentes. Su profundidad se debe a que no se usa el intelecto. A través de los puntos reflejos, comunicamos directamente la intención de Metamorfosis a la inteligencia celular de nuestra mente inconsciente —fuerza de vida—. La mente inconsciente se comunica con símbolos, y es por ello, que responde a esta práctica no-verbal.

 

Metamórfica reconoce que somos auto-sanadores. También reconoce que el primer principio de la sanación es la INTENCIÓN. El alcance de la intención es clave, puesto que si tu intención es de curarte a nivel físico, así será el resultado. Si tu intención es de curar la raíz de las tensiones primarias de la humanidad, así será el resultado. Estamos limitados por el alcance de nuestra intención y por lo que  creemos que pueda pasar. A nivel colectivo, estamos condicionados al creer que necesitamos entregarnos a unos expertos para nuestro bienestar. A menudo, no concebimos que seamos capaces de cambios extraordinarios por nosotros mismos.

 

Robert St. John hizo un trabajo maravilloso al recordarnos que somos nuestros propios sanadores, y que cuando nos entregamos a esta perspectiva, nuestro cuerpo y nuestra mente son capaces de cambios espectaculares. ¡Una verdadera Metamorfosis!

 

 

 

 

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